Chile podría convertirse en el segundo productor mundial del “oro azul”

La biolixiviación de relaves mineros podría transformar a Chile en líder en la producción de cobalto, impulsando la electromovilidad y la economía circular.
Chile está dando pasos significativos para convertirse en el segundo productor mundial de cobalto, un mineral clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos. Esta posición destacada se lograría mediante la implementación de un innovador proceso de biolixiviación, que utiliza microorganismos especializados para extraer cobalto de relaves mineros de manera más limpia y eficiente.
El proyecto “Cobalto Verde”, liderado por la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Chile, en colaboración con la empresa minera Pucobre, busca aprovechar los relaves de yacimientos del tipo óxidos de hierro-cobre-oro (IOCG), característicos por su alta concentración de pirita y comunes en el norte de Chile. Se estima que esta iniciativa podría liberar un potencial de recuperación de hasta 15.000 toneladas anuales de cobalto, lo que permitiría diversificar la matriz productiva chilena y asegurar un suministro sostenible de este material esencial.
La biolixiviación es un proceso que emplea microorganismos capaces de solubilizar minerales como la pirita, a la que se encuentra asociado el cobalto en los relaves. Este método presenta ventajas significativas sobre las técnicas tradicionales, ya que reduce el uso de químicos y agua, minimizando el impacto ambiental y los costos de producción. Además, al reprocesar los relaves mineros, se promueve una economía circular, transformando residuos en recursos valiosos y reduciendo el riesgo ambiental que representan estos depósitos.
El avance de este proyecto no solo tiene implicaciones económicas, sino también sociales y medioambientales. La implementación de tecnologías limpias en la extracción de cobalto podría mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, generando empleo, desarrollando capital humano especializado y mejorando infraestructuras y servicios básicos. Además, al abordar el problema de los relaves abandonados o inactivos, que representan el 86% del total según datos de 2022, se contribuye a la protección del medio ambiente y la salud pública.
La creciente demanda de cobalto a nivel mundial, impulsada por la transición hacia energías limpias y la electromovilidad, representa una oportunidad estratégica para Chile. Según proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía, las necesidades de cobalto aumentarán en un 207% entre 2022 y 2050. Al posicionarse como un proveedor clave de este mineral, Chile no solo fortalecería su economía, sino que también jugaría un rol fundamental en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.